Inspiradora, talentosa, bella y poderosa son sólo algunas de las cualidades que hicieron de María Félix una de las grandes leyendas de la industria del cine en México cuya personalidad arrolladora desafió a la sociedad en una época que se veía moldeada por el machismo y se convirtió en una de las primeras voces feministas con frases que la mantienen más presente que nunca dejando grandes lecciones.
Originaria de Álamos, Sonora, María de los Ángeles Félix Güereña nació el 8 de abril de 1914 y murió a los 88 años el mismo día pero del año 2002 a causa de un infarto fulminante. Aunque han pasado poco más de 20 años desde su partida la huella que dejó en la industria permanece con fuerza a través de sus películas y las anécdotas con las que se le recuerda por su feroz temperamento, arrolladora personalidad y carisma único que se ven reflejados en sus icónicas frases.
Las frases más icónicas de María Félix
María Bonita, inmortalizada así por Agustín Lara en la canción que escribió exclusivamente para ella, o “un relámpago que desgarra las sombras” como la describió el poeta Octavio Paz en “María Félix: una raya en el agua”, la actriz dejó huella tanto ante las cámaras con su talento y fuera con una personalidad poderosa que demostró a través de frases que siguen empoderando generaciones.
- “No le tengo miedo ni a las canas ni a las arrugas, sino a la falta de interés por la vida. No le tengo miedo a que me caigan encima los años, sino a caerme yo misma”.
- “Protesten, quéjense, no se dejen, prepárense, hagan de su vida lo que ustedes desean y no lo que sus hombres les permitan ser. Amen y háganse amar. No se conformen con poco”.
- “Tenemos que ser más autónomas, más dueñas y señoras de nuestro destino, así podremos hacer más por este país”.
- “Soy una mujer extremadamente antisocial, prefiero tener la atención de un solo hombre brillante que la de una horda de imbéciles”.
- “Nunca he querido a nadie como me quiero yo a mi misma, entonces nadie ha podido hacerme sufrir”.
- “¡Flores! ¡Odio las flores! Duran un día y hay que agradecerlas toda una vida”
- “Yo no puedo dar secretos de belleza, mas que una sola cosa para todo el mundo y para todos los momentos: disciplina”.
- “No me des consejos, yo puedo cometer errores sola”.
- “Yo seré para ti una mujer más en tu vida, pero tú, un hombre menos en la mía”.
- “Habiendo tantos hombres… ¿llorar por uno?”.
Los grandes amores de María Félix
En enero de 1931 “La Doña”, cuando tenía 17 años de edad, se casó con Enrique Álvarez Alatorre, un vendedor de cosméticos de MAX FACTOR. Fruto de su matrimonio nació el único hijo que tuvo la actriz: Enrique Álvarez; sin embargo, la relación llegó a su fin ocho años después, poco después Félix llega a la Ciudad de México acompañada de su hijo, pero en una de las visitas su padre se lo lleva a vivir con él a Guadalajara.
En 1943 la diva del cine mexicano conoce al cantante Agustín Lara con quien se casó dos años después en Acapulco y como regalo de bodas él le entregó las canciones “María Bonita” y “Humo en los ojos”. Aunque fue poco el tiempo que estuvieron juntos, el también compositor fue quien le ayudó a recuperar a su hijo.
En 1952 conoció al actor Carlos Thompson en Argentina y aunque parecía existir una fuerte atracción entre ellos, la actriz recibió una protesta que no pudo resistir en México ya que Emilio “El Indio” Fernández le dio un papel en la cinta “El rapto”. La historia con Jorge Negrete comenzó desde que combatieron créditos en “El peñón de las ánimas” de 1942, pero no se trató de un flechazo ya que la relación entre ellos fue difícil debido a la actriz le arrebató el protagónico a Gloria Marín, quien era pareja del actor en aquel momento.
Luego de una década, ambos dejaron atrás el odio que alguna vez los separó y casaron el 18 de octubre de 1952 en la que fue llamada “Boda del Siglo” en la que tuvieron más de 500 invitados entre los que destacaron grandes figuras del cine, el arte y la música como Frida Kahlo, Diego Rivera y los Hermanos Soler.
En 1956 se casó con el banquero francés Alexander Berger y estuvieron 18 años juntos hasta el día en que él murió víctima de cáncer de pulmón en 1974, algo que significó un duro golpe para María Félix y la sumió en una profunda depresión por la que tuvo que ser internada en la clínica Mayo de Rochester durante algunos meses.
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