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México no quitará el dedo del renglón para evitar tráfico de armas desde EU


Emir Olivares y Arturo Sánchez

 

Periódico La Jornada
Lunes 7 de abril de 2025, p. 9

México no quitará el dedo del renglón en las demandas judiciales presentadas ante la justicia de Estados Unidos en contra de productores de armas y tiendas en las que se venden. Los demandados han incurrido en negligencia al no verificar el destino final de sus productos, pues una gran parte termina en poder del crimen organizado.

En entrevista con La Jornada, el consultor jurídico de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Pablo Arrocha, recodó que la propia Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés), reconoció apenas en enero pasado que 200 mil armas son traficadas de manera ilícita desde Estados Unidos hacia México, de las cuales, 74 por ciento se quedan en nuestro país.

El funcionario, a quien ha correspondido en la actual administración federal dar seguimiento y encabezar el proceso de las dos demandas que el anterior gobierno presentó ante dos cortes estadunidenses, enfatizó que un elemento central es que México no intenta decir a Estados Unidos qué hacer, sino que bajo las normativas de ese país se tenga mayor control de cómo y a quiénes se venden las armas.

Hay dos demandas, una en Boston, Massachusetts, contra las productoras, interpuesta en 2021, y la segunda en Tucson, Arizona, contra tiendas de venta, presentada un año después.

“Prácticamente, el fondo de las demandas es el mismo; el argumento es que las prácticas negligentes y la falta de controles, tanto por parte de los fabricantes como de las tiendas, contribuye al trasiego y al tráfico ilícito de armas, cuya gran mayoría entra al país de manera ilegal desde Estados Unidos (…) Las cifras de la ATF son inauditas (por lo que se busca) no solamente frenar esas prácticas negligentes, sino también reconocer que para México ya resulta imposible cruzarse de brazos”, expuso Arrocha.

La representación mexicana, dijo, está a la espera de que la Suprema Corte defina la admisibilidad del caso en Boston. Una vez que se tenga ese fallo, que se espera para junio de este año, se definirán las estrategias a seguir por los abogados. En ese sentido, no descarta que el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum presente nuevas demandas ante otras cortes.

La estrategia dependerá mucho de cómo venga la sentencia. Y hay muchos canales o avenidas que se pueden explorar, que ya estamos explorando con nuestro equipo jurídico.

Una de las opciones, reveló, podría ser usar la declaratoria de organizaciones terroristas de seis cárteles mexicanos que estableció la administración de Donald Trump, en favor de los procesos presentados por México, a fin de que se definan criterios en las propias normativas estadunidenses.

El consultor jurídico de la cancillería subrayó que, independientemente del sentido del fallo de la Suprema Corte estadunidense, el proceso ha permitido que México presente sus argumentos en ese foro, lo cual no es menor, pues tanto los representantes del sistema de justicia del vecino del norte, como sus ciudadanos, pueden comprender en enfoque y objetivo del gobierno mexicano.

Y es que si bien es cierto, remarcó, que México ha puesto a las víctimas mortales de la violencia creada por los cárteles –porque tienen alta capacidad de poder con las armas introducidas de manera ilegal–, en Estados Unidos las víctimas son los consumidores de las drogas que esas organizaciones trafican.

Parte de ese ciclo son las armeras y sus vendedores. A quienes queremos hacer responsables es a quienes genuinamente lo son, por la práctica negligente y que facilitan el tráfico de armas.

En línea con la política de la presidenta Sheinbaum en torno a la relación bilateral que ha mandatado establecer con el gobierno de Donald Trump, el funcionario de la SRE sostuvo que la colaboración y la coordinación son centrales para reducir el tráfico ilícito de ar-mas a México.

“No es que nada más estemos apuntando a Estados Unidos, di-ciendo: ‘Ustedes son los culpables y nosotros no’. Es decir, aquí hay una cadena de corresponsabilidad donde cada parte tiene que hacer lo suyo. Ayudémonos para lograrlo (…)

Lo único que queremos es que cualquier regulación que se adopte conforme a los procesos estadunidenses tenga énfasis suficiente en el control para evitar la negligencia que termina implicando el trasiego de armas y un daño a México. Pero no les estamos dictando el cómo. Y confío en que sea esa visión y ese movimiento desde dentro el que poco a poco también empiece a cambiar la cultura y el control de armas en Estados Unidos.



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