Este 18 de abril la Ciudad de México despide a uno de sus íconos más influyentes de la contracultura urbana: Danny Yerna, artista del tatuaje, pionero del body piercing y figura clave en la consolidación de la escena underground capitalina de los años 80 y 90. Su fallecimiento fue confirmado por Wakantanka, el estudio de arte corporal que él mismo fundó y que se convirtió en referencia nacional en modificación corporal.
Hasta el momento, no se ha dado a conocer la causa de su muerte, pero en la cuenta de Instagram del estudio ya se pueden ver varias publicaciones haciendo honor al trabajo y legado de Yerna, de la misma forma, son muchas las personas que expresan el dolor por la pérdida a través de comentarios, recordando la calidad de ser humano que fue y la visión que tuvo para cambiar para siempre el arte de la modificación corporal.
Nacido en la Ciudad de México, Danny Yerna se sumergió desde joven en la cultura punk y alternativa; a los 21 años, tras un viaje por Europa que lo conectó con las escenas musicales más vanguardistas del continente, regresó a México con la visión clara de crear un espacio para quienes no se encontraban cabida en los círculos tradicionales.
Bar “Tutti Frutti”, un oasis alternativo en medio de conservadores
Con la idea de llevar la cultura punk a la Ciudad de México y junto a Brisa Vázquez, fundaron el bar Tutti Frutti en 1985, justo después del terremoto que sacudió la capital. Ubicado en la colonia Lindavista, sobre avenida Politécnico Nacional 5130, el bar operaba en la parte trasera del restaurante Apache 14, propiedad de los cantantes Carmela y Rafael.
Sin letreros visibles ni publicidad convencional, el acceso era casi clandestino, pues se entraba por una puerta trasera y se subía por una escalera estrecha. Los volantes promocionales simplemente decían “Búscanos”, lo que añadía un aura de misterio y exclusividad al lugar.
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