Advertisement

Nadie está a salvo del peligro


En esta era celebramos los logros de tecnología que nos hacen la vida más simple y cómoda, pero también nos pueden poner en riesgo. La conectividad satelital nos mejoró las conexiones, lo que nadie toma en cuenta es que esto está generando millones de basura espacial que puede caernos en cualquier momento.

¿Podríamos ser bombardeados por nuestra propia tecnología?

Hay un riesgo inminente que tal vez no le prestamos tanta atención, quizás sea porque no lo vemos directamente, pero nuestra conectividad global tiene un precio y es la basura espacial. La NASA teme una catástrofe y el síndrome de Kessler empieza a cobrar sentido.

Hace algunos años veíamos esto como un cuento de ciencia ficción, algo espacial cayendo hacia la Tierra para su destrucción. Pero ahora, no es un cuento, es una realidad. Muchos objetos y satélites cruzan la atmósfera terrestre, provocando desastre en su paso.

Un ejemplo reciente es la desintegración en el cielo mexicano de la etapa superior de un cohete chino CZ-9. Aunque no causó daños, fue señal de alerta. No es un caso aislado, un cohete Falcon 9 también explotó sobre Polonia hace semanas, dejando restos en zonas pobladas.

Y en otras partes del mundo, como Kenia, Canadá o Estados Unidos, ya se han reportado fragmentos de cohetes que caen sin previo aviso, esto indica que nadie está a salvo de la basura espacial que ni siquiera podemos ver, pero de caer en el lugar incorrecto, puede causar mucho daño.

De acuerdo con la Agencia Espacial Europea (ESA), cada día reingresan a la atmósfera terrestre alrededor de tres objetos de gran tamaño. Muchos de ellos se desintegran al atravesar las capas altas de la atmósfera, pero otros no y pueden caer en zonas pobladas.

Si bien es cierto que, la probabilidad de que un fragmento caiga en alguien es muy baja, no sería imposible. En marzo de 2024, un fragmento metálico de 10 centímetros atravesó el techo de una casa en Florida. No era un sitio habitado, pero esto nos indica el peligro que corremos.

Contaminación espacial, ¿Destruimos la Tierra y ahora vamos por el espacio?

Más allá del riesgo físico de ser impactados por basura espacial, los daños ambientales son abrumadores. Cada reentrada de basura espacial libera contaminantes en la atmósfera, especialmente óxido de aluminio, producto de la combustión de los satélites fabricados con ese metal.

Esta sustancia puede acelerar la destrucción de la capa de ozono y alterar el equilibrio térmico del planeta. Además, los desechos muchas veces caen al océano, contaminando de basura los mares y las especies marinas que allí habitan.

Es un caso preocupante, pues en la Tierra hemos contaminado a tal punto que necesitamos revertir los daños o acabaremos con el planeta. Pero aún más preocupante es que queramos contaminar otros planetas que ni siquiera hemos conquistado.

En Marte, ya hemos dejado estos «vestigios históricos» que no son propios de ese planeta, lo que podría llevar a una contaminación espacial más allá de nuestra casa. Mientras más tecnologías y robots para exploración, construyamos, mayor será la contaminación de estos equipos al cumplir su vida útil.

¿Estamos preparados para este nuevo tipo de riesgo? Medidas para evitar un bombardeo de basura espacial

Aunque los gobiernos y agencias espaciales han establecido marcos legales como el Derecho Espacial Internacional para regular estos eventos, la velocidad del crecimiento tecnológico ha superado la capacidad de fiscalización y respuesta.

La mayoría de los países aún carece de protocolos sólidos para identificar, rastrear y gestionar los desechos espaciales que terminan en su territorio. Por lo que, no se sabe del todo como actuar frente a estas amenazas espaciales que hemos creado nosotros mismos.

De hecho, ni siquiera hemos podido resolver la contaminación y basura en la Tierra, por lo que, tener basura espacial es otro obstáculo al que enfrentarnos. Y a diferencia de otros residuos, la basura espacial no solo flota fuera de nuestro alcance, sino que regresa, sin previo aviso.



Source link

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *