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Por años una misteriosa señal de televisión llegaba del cielo: ya sabemos qué significa


En el universo pueden surgir eventos tan fascinantes como inquietantes. Tal fue el caso del asteroide 2024 YR4, que durante algún tiempo representó un posible riesgo para la Tierra. Pero no todo se reduce a objetos espaciales: también hay fenómenos que parecen sacados de una historia de ciencia ficción, como la detección de una señal de televisión que parecía provenir del cielo.

Durante cinco años, un equipo de científicos analizó los datos del radiotelescopio Murchison Widefield Array, ubicado en Australia Occidental. Este instrumento opera en una zona conocida como de silencio radioeléctrico, diseñada para minimizar interferencias humanas en los estudios de radioastronomía. A pesar de estas condiciones, el grupo detectó una señal de televisión que claramente no debía estar allí.

La señal que se movía por el cielo

Lo más desconcertante era que la señal no permanecía fija: parecía desplazarse en el cielo. Esta anomalía llevó a los investigadores a formular diversas teorías. Algunas apuntaban a reflejos de transmisiones humanas, mientras que otras más audaces sugerían que podía tratarse de algún tipo de actividad extraterrestre. Sin embargo, como suele ocurrir en estos casos, la explicación resultó ser más terrenal.

Jonathan Pober, físico de la Universidad de Brown y líder del estudio, logró confirmar que la señal se reflejaba en un avión. Aunque esta hipótesis ya se había considerado, no había podido verificarse con anterioridad.

Gracias a técnicas de análisis más avanzadas, como la corrección de campo cercano y la formación de haces, los científicos lograron identificar con precisión la fuente de la interferencia. Así descubrieron que la señal provenía de una estación de televisión digital australiana, y que el “rebote” se generaba en un avión comercial en pleno vuelo.

Mosaico 107 Del Radiotelescopio Murchison Widefield Array
Mosaico 107 Del Radiotelescopio Murchison Widefield Array

Mosaico 107 del radiotelescopio Murchison Widefield Array

Los datos revelaron que la aeronave viajaba a 11.7 kilómetros de altitud y a una velocidad de 792 kilómetros por hora, lo que permitió descartar cualquier otra fuente anómala.

La gravedad de estas interferencias

El equipo explicó que estas señales representan un desafío importante para la astronomía, ya que contaminan los datos obtenidos por los radiotelescopios. Cada vez que una señal de televisión rebota en un avión, se superpone a las ondas cósmicas que los científicos intentan estudiar. Esto puede obligarlos a descartar por completo grandes volúmenes de información potencialmente valiosa.

Este caso, sin embargo, también abrió una ventana de oportunidad. Al entender mejor cómo ocurren estas interferencias, los astrónomos pueden desarrollar nuevos métodos para filtrarlas sin tener que eliminar los datos afectados. Esto es crucial, especialmente ahora que la cantidad de satélites en órbita aumenta de forma acelerada, lo que complica aún más el trabajo de detección de señales cósmicas.

Radioltelescopio
Radioltelescopio

Algunos astrónomos ya han comenzado a cuestionarse si la Tierra aún es un lugar adecuado para la radioastronomía, pues consideran que eslo difícil que resulta mantener un cielo silencioso.

Como alternativa, se han planteado proyectos para trasladar estas observaciones al espacio. Una de las propuestas más ambiciosas es instalar radiotelescopios en la cara oculta de la Luna, donde la interferencia terrestre es mínima. Mientras tanto, el trabajo liderado por Pober ofrece herramientas útiles para preservar la radioastronomía incluso en medio del creciente ruido electromagnético que rodea al planeta.



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