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¿Por qué el FMI guarda silencio con Trump y castigó a Bukele por sus planes con Bitcoin?


  • La portavoz del FMI, Julie Kozac, promete hacer un pronunciamiento cuando se implemente el plan.

  • Estados Unidos es el mayor contribuyente financiero del FMI y Trump planea sacarlo del organismo.

Cuando el gobierno de Nayib Bukele en El Salvador anunció su estrategia con Bitcoin, pasó poco tiempo para que el Fondo Monetario Internacional (FMI) saltara a cuestionar el proyecto. Nada de eso ha pasado ahora con Trump. 

La noticia de que el pequeño país de Centroamérica se convertía en el primero en declarar a BTC como moneda de curso legal encendió las alarmas del organismo internacional. Corría el año 2021, cuando el FMI advirtió a Bukele sobre los «riesgos significativos» que implicaba la moneda digital.  

El organismo lanzó con ello una primera advertencia a El Salvador, mostrando su rechazo al uso de criptomonedas y cuestionando la viabilidad del acuerdo que el país negociaba con el FMI, si Bukele insistía en promover a bitcoin.  

Lo que siguió a continuación es conocido: tras la resistencia del gobierno salvadoreño a la imposición, el acuerdo llegó tres años después, a finales de 2024. Su firma implicó cambios en la Ley Bitcoin y en la estrategia de Bukele en El Salvador. 

A lo largo de las negociaciones, el FMI persistió en su idea de que se dejara de lado a Bitcoin. Lo mismo hizo con otros países donde se promovió la moneda digital o donde es muy alta su adopción, como la República Centroafricana y Argentina.   

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El FMI actúa diferente ante las acciones de Bukele y Trump. Fuente: AP photo by Evan Vucci.

De ahí que sea extraño que no suceda lo mismo con Estados Unidos, que ahora, bajo el mandato de Donald Trump, le está dando protagonismo especial a esta industria. Desde la toma de posesión del republicano, en enero pasado, un aluvión de noticias da cuenta del apoyo al ecosistema de criptomonedas.  

Surgió la figura de un zar de las criptomonedas en la Casa Blanca, se dan pasos para la creación de una reserva estratégica, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) desestima demandas contra empresas del sector, los bancos tienen luz verde para ofrecer BTC, y en el Congreso avanzan propuestas de regulación. A pesar de ello, el FMI guarda silencio

El FMI muestra cautela ante los planes de Trump

Al ser consultada en diciembre pasado sobre este tema, la portavoz del FMI, Julie Kozak, se negó a comentar sobre el plan estratégico de reservas en criptomonedas propuesto por el entonces presidente electo.  

En ese momento, Kozak dijo que el Fondo Monetario Internacional realizaría una evaluación exhaustiva de la política, solo si se llegaba a implementar.

La portavoz del FMI, Julie Kozack, ha tratado de evadir las preguntas sobre los planes de EE. UU. con bitcoin. Fuente: FMI

Pero, pasados unos meses, para esta fecha todo indica que la reserva nacional será una realidad, así como las nuevas regulaciones favorables. Y aunque no hay planes de que BTC sea moneda de curso legal, el gobierno promociona abiertamente el uso de bitcoin, tal como lo hizo Nayib Bukele en El Salvador. 

Ante este panorama, la prensa volvió a consultar a Kozac sobre el tema, en una rueda de prensa ofrecida a inicios de este mes de marzo.  

Se puso énfasis en el contraste de reacciones, pues mientras a El Salvador se le obliga a no acumular BTC como reserva, Trump avanza —prácticamente sin obstáculos— en la incorporación de criptomonedas a la reserva estratégica de EE. UU. 

«¿Podría comentar sobre el programa estadounidense o cómo diferenciaría a ambos países y por qué el FMI podría estar adoptando un enfoque diferente?», pregunta un periodista a la funcionaria, quien —tras evitar dar una respuesta rápida— formuló lo siguiente: 

Obviamente, estamos siguiendo de cerca el anuncio del presidente Trump en este ámbito. El Grupo de Trabajo Presidencial sobre Mercados de Activos Digitales aún no ha concluido su labor. Por lo tanto, aún no disponemos de detalles sobre la implementación de esta propuesta, pero volveremos a informarles a su debido tiempo.   

Julie Kozack, jefa de prensa del FMI. 

De esta forma, asegura que el FMI fijará una posición clara cuando el Grupo de Trabajo, que se creó en Estados Unidos para evaluar las políticas sobre criptomonedas, finalice su tarea y presente su informe.

Se espera que esto pase 180 días después de la firma de la orden ejecutiva de Trump, por lo que el pronunciamiento podría ocurrir más allá de la mitad de este año, aproximadamente. Una fecha en la que incluso el Congreso y organismos gubernamentales tienen pautado adelantar la promulgación de varias leyes.  

Si EE. UU. sale del FMI, ¿se enfrentarán a Trump?

La postura oficial del FMI sobre las acciones de Trump se conocerá entonces cuando el plan gubernamental esté bastante avanzado. Algo que hace pensar en las razones que llevan al organismo a actuar con más cautela en esta ocasión.  

Para ello, es importante tomar en cuenta el rol que cumple Estados Unidos en este organismo.

Como expone el FMI en su sitio oficial, el Departamento del Tesoro lidera la participación del gobierno estadounidense en el FMI, siendo EE. UU. el mayor financista del Fondo.

Con una cuota de participación de poco más del 16%, los responsables políticos estadounidenses tienen una fuerte influencia en la toma de decisiones.  

Estados Unidos es el país con mayor influencia en las decisiones del Fondo. Fuente: FMI.

Se sabe incluso que Estados Unidos ha obtenido préstamos en moneda extranjera del FMI en 28 ocasiones diferentes desde su fundación en 1944. En 1978, se otorgaron unos 3.000 millones de dólares en marcos alemanes y yenes para defender el dólar en los mercados cambiarios. 

En todo este tiempo ha mantenido constantemente un férreo control tanto sobre el FMI como sobre el Banco Mundial.  

Tal hecho se resalta en un artículo de Project Syndicate, organización internacional que agrupa a casi 500 medios de todo el mundo, en el cual se habla de cómo «a través del FMI, EE. UU. moldea sus políticas y liderazgo para promover sus intereses nacionales».  

No obstante, la publicación recuerda que, en los próximos meses, Trump podría retirar al país del Fondo Monetario Internacional o recortar drásticamente su financiación.   

La amenaza cobró fuerza en la orden ejecutiva firmada el 4 de febrero pasado. Allí el presidente exige una revisión exhaustiva de 180 días de todas las organizaciones internacionales a las que Estados Unidos pertenece y apoya, así como de «todas las convenciones y tratados de los que Estados Unidos es parte».  

Se trata de una directiva que se alinea con los objetivos del Proyecto 2025 creado en 2023 por la Fundación Heritage, un instituto de investigación de políticas públicas con tintes libertarios, al que acusan de trazar las políticas para el segundo gobierno de Trump.

En el proyecto se desestima al FMI y al Banco Mundial como «intermediarios costosos» que «interceptan» la financiación estadounidense antes de que llegue a proyectos en el extranjero.   

En opinión de algunos analistas, tal medida perjudicaría desproporcionadamente tanto a los países que reciben ayuda financiera como al propio Estados Unidos. Esto, porque mermaría su capacidad para moldear las reglas del sistema financiero global y promover sus intereses estratégicos.  

Aunque hay otros especialistas que consideran que las repercusiones podrían no ser tan negativas, principalmente porque no socavarían el poder del dólar. 

Sea cual sea el resultado, se prevé que surja una especie de lucha a pulso o una alineación estratégica entre el organismo y el gobierno de EE. UU., sea para evitar el shock de su posible salida del FMI o para enfrentarse al gobierno si se retira.  

En este escenario posiblemente salga a colación el tema de bitcoin. Es importante tomar en cuenta que las directrices del FMI apuntan a que los Estados no apoyen el uso de BTC, tal como lo hizo Bukele y como lo está haciendo Trump.  

Como ha reportado CriptoNoticias, este lineamiento es parte de las recomendaciones que el FMI resaltó en una propuesta de regulación mundial que lanzó en 2021, y que ahora incumple el gobierno estadounidense. 

Puestas estas cartas sobre la mesa, lo que queda es esperar el próximo pronunciamiento del FMI ante las acciones de Trump, para saber hacia dónde conducirá este choque de visiones. 



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