Bradley Klontz, psicólogo y especialista en finanzas, investigó la relación que existe entre la psicología y las decisiones financieras. Este profesor de la Universidad de Creighton y cofundador del Instituto de Psicología Financiera asegura que las creencias heredadas en el núcleo familiar marcan profundamente cómo cada individuo maneja sus recursos económicos. En sus investigaciones identificó 4 bloqueos que llevan a las personas a elegir mal sus decisiones financieras y que pueden resultar perjudiciales.
Estos son los bloqueos que afectan el manejo del dinero
Este especialista en psicología señala que uno de los bloqueos es evitar el dinero, lo que lleva a pensar que la riqueza corrompe. Esta creencia puede derivar en una incapacidad para planificar a largo plazo o aprovechar oportunidades de mejora económica. Esta evasión financiera impide tomar decisiones informadas y, a la larga, agrava los problemas económicos y puede estar influenciada por experiencias familiares marcadas por la escasez.

Por otro lado, algunas personas creen que acumular dinero resolverá todos sus problemas y les garantizará la felicidad. Este bloqueo lleva a tomar decisiones impulsadas por la codicia, como inversiones arriesgadas o acumular riqueza sin propósito claro. Son individuos que enfrentan grandes deudas, lo que refuerza un círculo vicioso de insatisfacción y dependencia financiera.
De acuerdo con la psicología, hay personas que ven al dinero como símbolo de estatus social. Según el especialista, este comportamiento se da especialmente en personas que crecieron en entornos de carencias económicas y que ven en los bienes materiales una forma de validación social. Este bloqueo psicológico puede verse reflejado en compras impulsivas, uso excesivo de crédito, vivir “al día” por mantener apariencias.

Otro bloqueo que lleva a los individuos a tomar malas decisiones financieras, es la hipervigilancia, caracterizada por una preocupación extrema por ahorrar para emergencias. Es importante ahorrar, pero en estos casos se convierte en una fuente de ansiedad que paraliza y por lo tanto, afecta tanto la calidad de vida como la capacidad de disfrutar los recursos disponibles.
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