El rendimiento actual de la compañía ha puesto en duda la dirección por parte de Musk. Hace una semana se dio a conocer que Tesla tuvo una disminución de 71% en sus beneficios en el primer trimestre de este año, con respecto al mismo periodo de 2024, siendo esta una caída mayor a la estimada por los analistas del mercado.
Tras la presentación de los resultados financieros, Musk aseguró que la demanda de automóviles se está viendo afectada por un “sentimiento político cambiante”.
Tesla corrigió a la baja sus previsiones de resultados para 2025 por el posible efecto que vayan a tener sobre la demanda el terremoto comercial causado por las política arancelaria de Trump.
Para la automotriz de eléctricos la exposición pública creciente de Musk no le ha resultado del todo favorable. El movimiento en redes sociales conocido como #TeslaTakedown escaló rápidamente, luego de que el empresario asumiera un rol protagónico como asesor especial en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).
Su apoyo a despidos masivos en el gobierno federal y a recortes de ayuda humanitaria llevo a algunos compradores a dar la espalda a la marca.
En Estados Unidos se han reportado ataques a concesionarios, incendios en estaciones de recarga y actos vandálicos contra unidades de la marca. La tensión llegó incluso al Vancouver International Auto Show en Canadá, donde Tesla fue retirada del evento por motivos de seguridad.
En este contexto, el primer trimestre del año fue el más difícil para la firma desde 2022, pues las entregas cayeron un 13%, con 336,681 unidades vendidas frente a las 386,810 del mismo periodo del año anterior. Cabe recordar que la compañía alguna vez lideró el mercado de autos eléctricos con holgura.
Musk prometió recuperar el crecimiento tras un 2024 complicado, pero el mercado parece estar jugando en su contra. Sus modelos más vendidos, como el Model 3 y el Model Y, han recibido pocas actualizaciones en los últimos años, y los consumidores tienen más opciones que nunca.
Rivales chinos como BYD y fabricantes europeos como Volkswagen y BMW aceleraron el lanzamiento de modelos eléctricos más asequibles y con mayor tecnología, capturando clientes que antes veían a Tesla como la única opción viable.
De hecho, el panorama se vuelve aún más complejo con la caída de ventas en mercados clave, como en Europa, donde ha perdido terreno en países como Francia y Suecia por tercer mes consecutivo.
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