Algo extraño está sucediendo con la minería en México, no se está enciendo este sector como se debería y sus consecuencias pueden ser grandes. Las políticas actuales dificultan que la industria minera sea el motor productivo del país, al menos como se quiere serlo.
¿Qué está pasando con la minería en México? La maquinaría está sin encender y en reversa
Hay un freno en la minería de México que preocupa a los dependientes de este sector. ¿La razón? Al comienzo del gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador, la maquinaria del gobierno (políticas regulatorias e institucionales para proyectos), empezó a reducir sus revoluciones en materia minera.
Esto debido a las concesiones otorgadas a otras empresas que no cuentan con la capacidad técnica para explotar, y por avances de otros proyectos fallidos, como este proyecto que llevan años buscando sin éxito. Y hasta ahora, esa maquinaria sigue prácticamente paralizada.
La decisión de eliminar nuevas concesiones y cancelar varias existentes, ha dejado al sector minero en un estado de incertidumbre. De acuerdo con la Cámara Minera de México (Camimex), el 51 % de los proyectos mineros están en pausa, alrededor de 391 proyectos detenidos.
Surge una duda de qué se eliminaron las concesiones si no se cuenta con la capacidad nacional minera. En un principio se hizo para evitar abusos extranjeros y proteger el territorio nacional, sin embargo, esta decisión dio un freno a la minería y parece no encender.
La minería no es una actividad aislada, abastece a más de 70 sectores industriales claves, entre ellos la automotriz, energética, farmacéutica y de la construcción. Ahora, con las energías limpias, se vuelve más importante, ya que minerales como el cobre o litio son valiosos.
Sin concesiones y con proyectos paralizados, ¿Qué se viene para la minería mexicana?
Varios proyectos han sido cancelados, como la revocación de las nueve concesiones de litio a Ganfeng Lithium, una empresa china que tenía previsto explotar el mayor yacimiento del país en Sonora. Otro ejemplo es la empresa estadounidense Vulcan Materials en Quintana Roo, por declararse área protegida.
A su vez, en 2023 se aprobó una reforma que redujo la duración de las concesiones mineras de 50 a 30 años, eliminó la entrega directa y estableció un sistema de concursos. Todo ello en busca de proteger la industria de manos extranjeras, pero lo nacional no ha surgido o no tiene cómo hacerlo.
Además, hay un recorte en el presupuesto del Servicio Geológico Mexicano (SGM), encargado de la exploración de yacimientos. El presupuesto para 2025 es 9,2 % menor que el del año anterior. Esta decisión limita más las posibilidades de reactivar la industria minera en el país.
¿Hay señales de encender nuestra maquinaria minera nuevamente en el corto plazo?
El panorama es complicado, con la presidencia de Sheinbaum, se abrió una pequeña esperanza. Ha querido revisar la prohibición de la minería a cielo abierto, reconociendo su importancia para industrias como la del cemento y la producción de litio.
Luego del conflicto con esta mina dorada en manos de Trump, parece que el gobierno de México está dispuesto a dialogar y reconsideras su posición. A pesar de los retos, la minería sigue siendo una de las principales fuentes de divisas del país.
Solamente en 2023, hubo ingresos por 19 638 millones de dólares. Pero el desafío actual no es poco, hay que reactivar la maquinaria institucional para que la minería sea sostenible, moderna y competitiva, sin comprometer el medio ambiente ni los derechos laborales.
Por tanto, la paralización de la minería puede costarnos en la economía en general. Se debe buscar un equilibrio entre la protección, desarrollo y políticas justas que funcionen para todos los involucrados. Sin una maquinaria que encienda acorde a lo que se necesita, la minería continuará paralizada.
Deja una respuesta